El avión común es un ave que cuando la vemos volar, automáticamente se nos viene a la cabeza la visión de una golondrina, y la encuadramos en el amplio espectro de las golondrinas. ¡Y esta vez, tenemos razón! Pues nuestra protagonista, es una pequeña golondrina.
Es una de las aves que conforman, junto con aviones y vencejos, la escuadrilla voladora de insecticidas naturales que mantienen a raya nuestro ambiente, de los insectos tan molestos que aparecen por nuestras ciudades y hogares llegado el veranos. Pero nunca hemos tenido conciencia de su importante labor.
¡Cuantas tropelías se ha hecho con estas aves! La más común siempre ha sido la de destruir sus nidos, porque hacían antiestéticas nuestras fachadas. ¡Así nos ha ido! Cambiamos belleza, por saturación del ambiente de agentes contaminantes. ¡Todo precioso pero irrespirable!
Como ave migratoria que es, nuestra protagonista llega a los Acantilados mayoritariamente en primavera, en otoño e invierno las aves emigran hacia latitudes del oeste de África.Su regreso a nuestros Acantilados es de forma gradual, habiendo años en las que se pueden ver ya en enero, con llegada masiva incluso desde febrero; siendo cada vez más frecuente verlos durante la invernada de lo que se estimaba hasta hace poco. ¡Cosas del cambio climático!
No hay diferencia entre ambos sexos como ocurre en otras especies de aves. Suelen observarse en vuelo y agrupados, moviéndose a la par que se mueve las nubes de alimentos que conforman su dieta. Su vuelo es rápido y ágil.
Como golondrina que es, se posa con frecuencia, en cualquier lugar donde se encuentre seguro, pero casi siempre en pequeños y grandes grupos.
Su dieta está integrada casi exclusivamente por insectos voladores de pequeño tamaño. Aunque varían según lugares y fechas, las presas más consumidas son dípteros (moscas y mosquitos) y áfidos (pulgones).
En los Acantilados, la mayor colonia nidifica en uno de los puentes de la carretera nacional que recorre todo el Paraje. Depende del año, la colonia aumenta o disminuye. En los años de sequía fuerte, ha habido más ejemplares en la colonia, que el año lluvioso posterior a la sequía. De hecho la época de cría posterior a las tan deseadas lluvias, ha habido infinidad de nidos desocupados y rotos por falta de ocupación. ¡Enigmas de la Naturaleza!
El mayor espectáculo, aparte de sus vuelos acrobáticos, que nos ofrecen estas pequeñas aves, es la de poder contemplar juntos, adultos y jóvenes posados en cualquiera de los arbustos que circundan la colonia. Decenas de aves se posan tranquilamente a descansar de sus interminables vuelos.
Así, que observador caminante que recorres estos parajes, si alguna vez pasa cerca de la colonia de aviones comunes, y tienes la suerte de contemplar, a un gran número de ellos posados sobre algún arbusto, estarás conmigo en que es una de las visiones más gratificante, con la que te puedes encontrar por estos pequeños Acantilados.












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