Chinche de campo (Spilostethus pandurus)















Cuando observé por primera vez, esta atractivo insecto, rápidamente lo asocié al grupo de las agradables y beneficiosas mariquitas. ¡Cuan equivocado estaba! Fue, cuando intenté ponerle nombre, cuando me di cuenta, de que sólo tenían en común lo de “artrópodos”. Que la bonachona “mariquita” de láminas para colorear, y de lámparas nocturnas para hacer más agradables los sueños infantiles, se iba alejando de esta otra especie, con la que sólo compartía los colores.

Esta chinche con aspecto de esbelta mariquita, está considerada como una especie perjudicial para las plantas, y en algunos casos, entran dentro de la denominación de plaga. Se alimentan de flores y semillas de muchas plantas, y al perforar sus tejidos para alimentarse, puede causar daños en los cultivos. Debido al tipo de plantas de las que se alimenta, produce una sustancia repulsiva a sus depredadores, y así repele los ataques de aves, mamíferos o escorpiones. De ahí, su coloración aposemática, siendo una señal para comunicar a sus posibles depredadores que es tóxico o venenoso, y así evitar el ataque.

Estamos viendo al final, que este insecto tan llamativo y de aspecto tan peculiar, esconde un trasfondo que ya no lo hace tan agradable, pero cuando forma parte de ese enorme conglomerado que son los insectos, tendrá su importancia y su por qué de existir en la Naturaleza. ¡Reflexión de un neófito en temas “insectiles”!

Aunque es una especie muy extendida, está prácticamente por toda España, incluidas las islas, en los Acantilados, no son muy numerosas, pudiéndose observar en los herbazales de los bordes de los caminos. Tienen cierta preferencia por los suelos calizos, y de este tipo de suelo, están los Acantilados bien surtidos. La altitud tampoco es impedimento para el hábitat de esta chinche, encontrándose desde el nivel del mar, com es este caso, hasta la alta montaña.

Así que audaz y perspicaz caminante, cuando en tus paseos por estos Acantilados observes a este esbelto insecto con apariencia de mariquita, recuerda que si hay pocos ejemplares, disfruta de su presencia y de que la Naturaleza ha tenido a bien que puedas observarlo, pero si lo ves en gran número, empieza a preocuparte, pues su contemplación se acercará más a una posible plaga.


 

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