Siempreviva de los Acantilados (Limonium malacitanum)














Cuando paseas asiduamente por una zona, y ésta es frecuentada por una innumerable cantidad de personas, con una innumerable cantidad de motivaciones, móviles y pretextos; al final, vas encontrándote con toda una serie de pertenencias, que los  caminantes han ido perdiendo, abandonando o sencillamente tirando, de lo más variopintas. Desde alimentos y basura hasta utensilios personales. Para mí, lo más llamativo e interesante de las cosas que me he podido encontrar, ha sido un deteriorado y apenas legible cuaderno de campo, recién empezado, donde al autor, sólo le dio tiempo de registrar unas pocas anotaciones sobre sus visiones por estos Acantilados. La primera anotación, es digna de mencionar, pues se refiere a una de las especies más amenazada de nuestra flora, el “Limonium malacitanum”.

Transcribo, para ser fiel a su autor, los apuntes que sobre dicha planta aparecen en el cuaderno.

“Miércoles 21 de julio de 1989”. He comenzado la caminata desde el aparcamiento del restaurante situado en la antigua N-340, en el Paraje Natural de los Acantilados Maro-Cerro Gordo, sobre las siete cuarenta y cinco horas. El día se presenta según las predicciones, despejado y con un ligero viento que sopla del E (Levante). La temperatura es de diecinueve grados a esta hora, y se prevé que alcancemos los treinta y cinco sobre el mediodía. El mar se encuentra un poco rizado. La vegetación está radiante a pesar de la época en que nos encontramos. Pocos comienzos de verano, con esta vegetación. 

He cogido el carril de tierra, muy deteriorado, que baja hasta la playa. En una de las curvas, lo he abandonado para seguir monte a través buscando la dirección SO de la torre vigía que se encuentra sobre los acantilados. He pasado por dos cortijos abandonados, todavía con las paredes en pie, pero en muy mal estado de conservación. Los dos cuentan con una hermosa era delante de la puerta principal. Bajando por los bancales abandonados, me he ido encontrando con almendros y olivos, que tuvieron una época de mayor esplendor, y que actualmente comparten estancias con bolinas (Genista umbellata), lentiscos (Pistacia lentiscus), albaidas(Anthyllis cytisoides) y demás matorral autóctono.

Sobre las ocho y veinte, he llegado a las rocas que están por encima de esta espléndida playa escondida. Especies como “Asteriscos maritimus”, “teucrium fruticans”, “lycium intricatum”, “maytenus senegalensis”, se les ve con una fuerza inusual, a pesar del entorno tan abrupto. Gaviotas amarillas, me sobrevuelan increpándome para que desista de avanzar. En lontananza, sobre una de las torres vigía, puedo apreciar la silueta de un halcón peregrino.

El primer ejemplar de “Limonium malacitanum” lo encuentro a la sombra de una gran roca. Está orientada al NO, y por su situación, contará con pocas horas de sol. Las flores se encuentran en todo su esplendor, y las hojas igualmente presentan un aspecto fenomenal. 

En las rocas cercanas, van apareciendo más ejemplares de limonium, éstas más juntas unas de otras. Las flores no se ven tan espléndidas como la de la observada junto a la roca. Por su orientación O, y mayor exposición a los rayos de sol, tienen algunas flores ya marchitas, pero sus hojas tienen el mismo tono y robustez que la observada con anterioridad. 

Por las rocas circundantes van apareciendo nuevos ejemplares de Limonium, con orientación mas S,  pero entre todas, no van más allá de la decena de plantas.
Sobre las once observo por el carril, los primeros coches de los bañistas que bajan con todos sus pertrechos, para pasar una jornada de playa. Me asombra el deseo de llegar a una playa recóndita a pasar el día, donde la bajada se hace sin dificultad pero donde la subida es otro cantar. Más de uno se ha quedado en la cuesta, y ha tenido que acudir en su ayuda el Land Rover del paisano.¡Será el  desconocimiento lo que los hace atreverse! Abandono el lugar tras buscar infructuosamente por todo el roquedo adyacente nuevos ejemplares.”

Como podrás observar, discreto caminante, escueta anotación sobre esta endémica planta protegida a nivel estatal y autonómico, por encontrarse muy amenazada; reducida prácticamente al litoral malagueño y granadino, y de la que nuestros Acantilados tienen el honor de albergar y preservar entre sus roquedales. 

¡Qué tengas la curiosidad y la suerte de este anónimo observador de poder contemplar tan amenazada planta!


 

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