El “terrizo" físicamente, quedaría fuera de los limites oficiales del Paraje Natural, separado de éste, sólo por una carretera nacional.
Es una lengua de tierra creada artificialmente cuando se construyó unos de los tramos de la autovía que discurre al norte de los Acantilados. Tras remover miles de metros cúbicos de tierra para asentar el trazado de la autovía, sin proponérselo los ingenieros, crearon a su vez una parcela llena de vida.
Esa tierra que se removió, más rica en nutrientes que las tierras que la circundan, aporta una alimentación más abundante y fresca a los rebaños de cabras hispánicas que deambulan por los Acantilados.
Por ello, no es raro ver en el “terrizo” manadas de cabras ramoneando a cualquier hora del día, y sesteando después de una jornada agotadora por estos parajes.
A diferentes horas del día, parece como si cada manada dispusiera de un horario determinado. Van llegando las distintas manadas de cabras para consumir su ración de hierba fresca.
Sincronizadas por ese reloj interno con que cuentan las “matriarcas” de cada manada, cada grupo recorre de punta a punta todo el “terrizo”. Sin prisas, con su parsimonia habitual, van arrancando a la tierra, esos brotes que darán un aire de frescura a su desequilibrada dieta.
Cuando la “matriarca” considera que ya se han alimentado adecuadamente, se va acercando a la valla que delimita el “terrizo” por su parte sur, y comienza el salto de la valla, cual almoteños en madrugada rociera, para descansar en los montes aledaños al “terrizo”, alejadas de miradas indiscretas y de cualquier ruido que pueda alterar su descanso.
Mientras tanto otra manada ya ha entrado en tan particular recinto para comenzar un nuevo ciclo de alimentación, que seguirá los mismos pasos que sus antecesoras, terminando igualmente con un nuevo salto de la “reja”.
Es todo un espectáculo poder observarlas, si tenemos una gran dosis de paciencia, en su deambular por tan delimitada parcela; su sincronización de movimientos y tiempos de estancia.
Pero debemos tener en cuenta, que a lo que llamamos “terrizo”, es el talud de una autovía; y la cabra ante cualquier movimiento de alerta que vea como peligro, le hará huir rápidamente en cualquier dirección; y al norte, sólo tienen un quitamiedos que la separa de una autovía donde los vehículos a pesar de las advertencias, circulan a gran velocidad.
Sin son capaces de saltar una valla de más de dos metros de altura, podemos imaginar que problemas tienen para saltar un quitamiedos de una autovía……….
No hay comentarios:
Publicar un comentario