El tributo del celo














Nos encontramos en una zona ocupada por la Humanidad, desde la más remota antigüedad. 
Sólo tenemos que recorrer la costa, para encontrarnos lugares y topónimos de los más diversos, que hacen referencia a civilizaciones antiquísimas.
Melkart., Tanit, (famoso por su “bahía”), Baal, Noctiluca…… los grandes referentes religiosos desde época fenicia, han sido sustituidos por dioses menores, más chabacanos y mundanos. 

¡Es algo misteriosos, que en una sociedad aconfesional, vuelvan a resurgir nuevos dioses, con infinidad de acólitos!

Los adoradores, de estos nuevos dioses:  del gran Dios, “Egoismo”; los seguidores del profeta “Imbecilidad”;  y los fanáticos, sobre todo, de la diosa “Ignorancia”; aparecen año tras años, convocados por fuerzas telúricas, para realizar sus sacrificios rituales de cada “celo”, en ofrenda a tan “mezquinos” dioses. 
Dioses nefastos, que creíamos desparecidos del acervo humano, hacen su aparición, en nuestros Acantilados, en una época concreta del año. ¡Hay que aplacar sus funestas influencias con sacrificio rituales!
Prácticas desterradas de las sociedades avanzadas, vuelven a surgir solapadamente. 
El clan amenazado por estas fuerzas divinas; deben aplacar sus influencias malignas, eligiendo a los salvadores que realicen el sacrificio.
Los varones más aptos de cada clan, son elegidos para llevar a cabo, la ofrenda del animal en pos del bien de la tribu. 
Éstos abandonarán la seguridad del campamento, y emprenderán el viaje iniciático, que los llevará a la salvación de la comunidad. Tendrán que pasar duras jornadas de penurias y fatigas, persiguiendo al animal totémico que los librará de las iras de los Dioses. 
El esfuerzo realizado les dará su recompensa. 
Exhaustos, los valientes enviados, volverán al campamento con la prueba de la ofrenda realizada, ¡la cabeza del tótem! que exhibirán colgada del gran salón comunal, para admiración y veneración de toda la tribu. 
Ni los esfuerzo realizado por las civilizaciones ni los avances conseguidos, en todos los ámbitos, han sido capaces, de desterrar tan vergonzosos rituales. ¿Estamos evolucionando o involucionando?
La diosa IGNORANCIA, ha vencido a la pléyade de dioses competidores; perpetuando tan bochornosas prácticas.
IGNORANCIA ha desterrado del Olimpo, a cuantos competidores han osado hacerle frente. Cada vez, con más fuerza, ha ido entrando en la conciencia del clan, y éste se ha rendido a sus encantos.
Las ofrendas en honor de ella, se van sucediendo a un ritmo frenético; cada año deben renovar la cabeza del tótem en el salón de la comunidad.
Arrebatan sistemáticamente a la Naturaleza de la fortaleza engendradora tan necesaria, para su renovación y su evolución.
 Pero la Gran Diosa, IGNORANCIA, ha esparcido irremediablemente su influencia arrolladora.


 

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