Cuando llega el mes de septiembre, aparece por los Acantilados, la figura negra y naranja de un pajarillo que rápidamente llama nuestra atención. Es tal su vistosa estampa que sobresale sobre cualquiera de los fondos donde pueda posarse. No hay pájaro por estos lugares con ese contraste de colores; por lo que nuestro colirrojo, una vez que aparece, nos hechiza en su contemplación.
Sólo está en nuestros Acantilados de paso. Ni veranea ni inverna. Parece ser que no le gusta nuestro terreno para pasar largas temporadas; pero no puede dejar de visitarnos en sus largos viajes allende del mar, tanto en primavera como en otoño.
Se le suele ver más durante el viaje post-nupcial, entrado el otoño. Realizadas sus tareas procreadoras en tierras más septentrionales, se toma más tiempo para cruzar el mar que se le abre enfrente; realizando una parada más larga, reponiendo todas las fuerzas necesarias, para tan peligrosa travesía.
Pariente de nuestro colirrojo tizón, este “Real colirrojo” de llamativos colores merodea por las mismas zonas que su pariente común. Prácticamente tiene sus mismos hábitos y hasta su mismo canto de reclamo. Se posa sobre una piedra o rama, y dando vuelos cortos, atrapa ese insecto que pasa por su alrededor, volviendo al mismo posadero. Repitiendo la operación cuanta veces haga falta. Es algo más confiado que su pariente, permitiéndonos un mayor acercamiento; lo que nos posibilita que podamos contemplarlo en toda su plenitud.
Pero no suele compartir territorio con su pariente. Hasta que no desaparece nuestro colirrojo real no hace acto de presencia su pariente “tizón”; o lo que es lo mismo, cuando aparece el colirrojo tizón ya ha desaparecido su pariente el “real”. Parece una sincronización perfecta entre la especie. No deberán de llevarse muy bien cuando tal cosa se produce. Desavenencias ya sabemos que hay hasta en las mejores familias.
Para mediados de noviembre habrá desparecido nuestro colirrojo real. Los Acantilados perderán esa distinción de haber tenido a tan interesante huésped; por lo que querido lector, si además, eres senderista y has leído este artículo a tiempo, te quedarán pocos días para poder observar en tus paseos a tan llamativo pajarillo.
¡Conque suerte!
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