Bayón (Osyris lanceolata)













Este endemismo íbero-magrebí, homófono del gran dios egipcio, tiene su imperio por nuestros Acantilados. Tiene en común con su homónimo egipcio, en que roza la eternidad, por su adaptación a las condiciones adversas de sequía y calor del clima mediterráneo. Tal es así, que conforma con el algarrobo, el candil y la lavanda, el cuarteto bioindicador de éste clima. De otra forma sería complicado subsistir por estos lugares.

En nuestros Acantilados, es fácil de observar, sobre todo en las laderas más expuestas al sol, mostrándonos sus flores de marzo a septiembre.

Este arbusto semiparásito se aprovecha de las raíces de otras plantas, para poder resistir los largos veranos.

Sus frutos son unas bayas redondas de color anaranjado.

Aunque se está utilizando como planta ornamental, tiene también propiedades medicinales, sobre todo su corteza y raíces. También se utiliza su dura madera para tallado, y utensilios (sobre todo para morteros, clavijas…); así como combustible para abastecer, en épocas pasadas, las caleras próximas.

A pesar de su resistencia que roza lo saguntino, está considerada como ocasional a nivel regional, encontrándose incluida en la lista roja de la flora vascular de Andalucía categoría LC (preocupación menor). 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario