Hay que buscarlas concienzudamente, pues no tienen el tamaño de las que estamos acostumbrados a ver en las floristerías; ni tampoco de las que nuestra mente se imaginaba cuando oíamos su nombre. Pero no por ello, si las observamos detalladamente, dejan de tener la belleza que se le presupone a esta especie.
Hasta hace relativamente poco tiempo, a pesar de que ya desde la antigüedad se describían, no han sido conocidas por el gran público. Se han asociado a lugares remotos y exóticos, escondidas en peligrosas e intrincadas selvas.
Ahora cualquier web de fotografía de naturaleza, se llena llegando la primavera, de las distintas especies que florecen a lo largo y ancho de nuestras tierras.
Nuestros Acantilados no podían ser menos, a la hora de ofrecernos tan singulares florecillas; y, como casi todo, lo que de interesante tienen estos Acantilados, estas minúsculas orquídeas pasan desapercibidas para la ingente cantidad de personajes que recorren sus laderas.
Pocos son, los que a paso lento, escudriñando cada palmo del terreno que van pisando, buscan estos pequeños tesoros de la botánica.
Sobre todo, son buscados, para dar constancia a la ciencia, de que por estos parajes también tienen su morada las orquídeas.
No siempre tendremos la fortuna de encontrarnos, con semejantes florecillas. Las lluvias caídas en otoño e invierno, nos darán una idea de lo que la primavera nos brindará. Este año ha sido benevolente y espléndida.
Hemos disfrutado de su fulgor y del obsequio de su contemplación, con que nos ha honrado esta primavera, mostrándonos tan bellas Ophrys.
Hay que buscarlas concienzudamente, pues no tienen el tamaño de las que estamos acostumbrados a ver en las floristerías; ni tampoco de las que nuestra mente se imaginaba cuando oíamos su nombre. Pero no por ello, si las observamos detalladamente, dejan de tener la belleza que se le presupone a esta especie.
Hasta hace relativamente poco tiempo, a pesar de que ya desde la antigüedad se describían, no han sido conocidas por el gran público. Se han asociado a lugares remotos y exóticos, escondidas en peligrosas e intrincadas selvas.
Ahora cualquier web de fotografía de naturaleza, se llena llegando la primavera, de las distintas especies que florecen a lo largo y ancho de nuestras tierras.
Nuestros Acantilados no podían ser menos, a la hora de ofrecernos tan singulares florecillas; y, como casi todo, lo que de interesante tienen estos Acantilados, estas minúsculas orquídeas pasan desapercibidas para la ingente cantidad de personajes que recorren sus laderas.
Pocos son, los que a paso lento, escudriñando cada palmo del terreno que van pisando, buscan estos pequeños tesoros de la botánica.
Sobre todo, son buscados, para dar constancia a la ciencia, de que por estos parajes también tienen su morada las orquídeas.
No siempre tendremos la fortuna de encontrarnos, con semejantes florecillas. Las lluvias caídas en otoño e invierno, nos darán una idea de lo que la primavera nos brindará. Este año ha sido benevolente y espléndida.
Hemos disfrutado de su fulgor y del obsequio de su contemplación, con que nos ha honrado esta primavera, mostrándonos tan bellas Ophrys.
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