Xylocopa violacea (Abejorro carpintero).










¡Qué decir de este abejorro de gran tamaño, pues ya su nombre tanto científico como común, nos indican por dónde van a ir los tiros!

Malos tiempo hemos tenido por los Acantilados para observar insectos. De los pocos insectos que hemos podido observar, se encuentra este abejorro, de gran tamaño y de brillante color negro con ligeros toques de violeta o azul. Su nombre científico proviene del color de las alas, y es lo primero, aparte de su tamaño, de lo que nos llama la atención cuando nos lo encontramos posado. Su nombre común proviene de que la mayoría de ellos hacen sus nidos en la madera o en tallos herbáceos. Por lo tanto es un trabajador de la madera, como tantos otros animales, asiduos a la artesanía de la madera.

Ya sabemos del inmenso, complicado y variado mundo de los insectos.  Cuando nos adentramos en la taxonomía y nos enfrentamos de golpe  con phylum, subphylum, classis, orden, suborden,……etc, etc. hasta dar con el insecto en cuestión, es todo un galimatías del que vamos dando vueltas y más vueltas, para la mayoría de la veces encuadrarlo en una categoría genérica; pues para saber el ejemplar en concreto, se necesita de análisis más profundos para los que no estamos preparados.

Este no ha sido el caso de nuestro protagonista, pues su tamaño, color y alas son fácilmente identificables, y rápidamente hemos sabido que pertenece al filo Arthropoda, subfilo Hexapoda, clase Insecta, superfamilia Apoidea, familia Apidae, subfamilia Xylocopinae, género Xylocopa y especie Xylocopa violácea. No sé si nos hemos dejado, algún clan o tribu a la que pertenecía, y que nos hemos pasado por alto, en tal galimatías de pertenencias. Creo que hubiese sido más fácil haber realizado mi árbol genealógico desde la expulsión de los moriscos hasta nuestros días, que el de este insecto, al que he fotografiado por que me llamaba la atención, y porque tenía que hacer la entrada para el blog, sin repetirme con tantas cabras, plantas y aves. Pero como lo ignoraba todo sobre él, tenía que saber qué había fotografiado, y la verdad que ya me he quedado más tranquilo, sabiendo que es de buena familia, y que pertenece a un porrón de linajes del mundo insectil.

Aclarada su procedencia, este abejorro se encuentra como pez en el agua en nuestros Acantilados, pues está bien servido de pinos que han sucumbido ante la enfermedad y la sequía. Es tal el número de ejemplares que han colapsado, que nuestro protagonista va a tener madera donde elegir para la cría de sus larvas; por lo que su presencia por estos lugares, de aquí para adelante, será más visible.

Así que osado y perspicaz caminante que te adentras por el vericueto de los Acantilados, si osas toparte en tus andanzas por estos lugares, con algún ejemplar de abejorro carpintero, disfruta de su observación y del resplandor de sus alas; pero no se te ocurra preguntarle de quién es, pues la mayoría del tiempo, que tienes para realizar la caminata, lo agotarás escuchando de dónde procede.


 

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