Tranquilos!!! Ya sé que hay una contradicción en el título de la entrada, y esto va para los puristas. El cernícalo primilla es otra especie de cernícalo, distinto al cernícalo vulgar, pero por aquí, se ha conocido siempre al cernícalo vulgar (Falcus tinnunculus) como “Primilla”, a secas. Está bien que es de “paleto” continuar con tan erróneo término, pero cuando algo se consolida en una sociedad, es muy complicado poderlo modificar. Podríamos ilustrar la consolidación de muchos términos erróneos con multitud de ejemplos, pero como la entrada versa sobre la “Primilla” nos vamos a ir centrándonos en ella.
Nuestros Acantilados, cuentan con varias parejas de “Primillas”, muy diferentes unas de otras. Hay parejas que tienen consolidada su zona vital, y otras, que van cambiando dicha zona vital, dependiendo de como haya estado la afluencia de senderistas, “kayistas”, playeros,…. por la zona donde hayan nidificado. Porque encontrar un lugar tranquilo donde poder criar la prole es complicado. Si a esto, le unimos también, las parejas de halcones que igualmente han elegido los Acantilados para vivir, todavía se complica más la existencia para las “Primillas”. Pues, halcones y “Primillas”, la verdad es que muy bien no se llevan. Ni siquiera se toleran, siendo los dos de la misma familia. ¿Pero en que familia no ha habido desavenencias?
Así, que dependiendo del año, podemos ver a las “Primillas” por un rincón u otro de los Acantilados. Por donde estén los halcones, olvídate de poder contemplarlas. Por donde han sido molestadas durante su nidificación, olvídate igualmente. Por donde no han sido molestadas: ¡Acierto!. Tendrás muchas posibilidades de verlas.
Como aves de presas que son, es todo un espectáculo verlas volar y maniobrar intentando cazar ese insecto, lagartija o pajarillo confiado que se ha puesto a trinar en el lugar menos indicado. Por que nuestra “Primilla” como buena rapaz cuenta con una vista privilegiada, y desde su posadero va oteando cuanto terreno se extiende a sus pies, para lanzarse en pos de la presa elegida. Pero quizás la forma de caza que más le caracteriza, es la de cernirse ( de ahí su nombre, cernícalo) en el aire, y desde allí con ojo avizor perseguir y hacerse con su botín.
A pesar de ser una buena cazadora, como a todo hijo de vecino, le cuesta sacar adelante su prole. Los peligros que le acechan son bastantes y de gran tamaño. A parte de los halcones mencionados con anterioridad, no debemos olvidar que nos encontramos en unos acantilados marinos, poblados de una buena colonia de gaviotas. ¡Y qué decir de la glotonería y voracidad de las gaviotas! El último nido de “Primilla” que vi justo debajo de un nido de gaviota, contemplé a los pollos cuando empezaban a echar el plumaje, pero después ya no los volví a ver. En cambio el pollo de gaviota que había nacido en el piso superior del adosado, salió adelante sin ningún tipo de problema. Por supuesto que las “Primillas” ya no han vuelto hasta el momento a nidificar en el mismo lugar.
Así, que osado caminante, si quieres contemplar a esta pequeña rapaz deambular por los Acantilados, tendrás que echarle mucha paciencia; o bien, tener la suerte de atravesar alguna de las zonas donde haya parejas estables (esto es raro hasta en los humanos) y toparte con el vuelo grácil y característico de este diminuto “falco”. ¡Que la suerte te sea propicia!