Hasta el momento no habíamos tenido una protagonista, con tal cantidad de nombres: amapola amarilla, amapola de las playas, adormidera amarilla, adormidera de mar, amapola loca, amapola marina, dormidera marina, glaucio amarillo, ….etc, etc.
De la familia de las Papaveraceae nuestra amapola marina, también está íntimamente ligada al mundo de los sueños. Ya de por sí, es toda una ensoñación, poder contemplar sus flores amarillas con el fondo azul cambiante del mar. No necesitamos de la influencia de sus alcaloides, para quedar extasiados contemplándola. Sólo su visión, el entorno donde se encuentra y el murmullo de las olas nos transportan a mundos alucinatorios.
No están los tiempos para la lírica, pero sí son prósperos, para dejarse llevar, al menos por unos momentos, por sus propiedades alucinógenas. ¡No estaría nada mal, cerrar los ojos y levitar con sus alcaloides, y arribar a un mundo más justo aunque sea onírico!
Nuestra adormidera marítima tiene su máximo esplendor cuando florece. Sus flores amarillas destacan por todo el entorno. Mientras, es una planta que apenas llama la atención; más bien, adherida al suelo, parece querer pasar desapercibida. Pero llegando la primavera, se transforma y luce orgullosa todos sus encantos: sus flores, sus frutos espinosos, sus tallos erectos, sus hojas dentadas y aristadas.
Planta muy desconocida popularmente, pero muy utilizada en medicina en tratamiento de enfermedades hepáticas, para tratar las cataratas y para el tratamiento de las verrugas; incluso, para el tratamiento de algunos cánceres en animales.
Esta adormidera marina está amenazada. No ha llegado aún a un estado crítico, pero anda hacia la UCI de la botánica a pasos agigantados. La desaparición de los ecosistemas marinos, de lo que por aquí sabemos un montón, está poniendo en dificultades a esta amapola amarilla.
Todavía, estimado bañista o excursionista, estás a tiempo de poder observar los escasos ejemplares que se esparcen por estos Acantilados. Cuando bajes de la lanzadera que te ha llevado hasta la playa anhelada, abre bien los ojos, que las flores amarillas que podrás observar junto a la orilla del mar, no son frutos de tus ensoñaciones, aunque bien, lo podrían ser.
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