El medio













 Como todo Acantilado que se aprecie, los nuestros están formados por paredes inexpugnables que caen verticales al mar; por playas enormes y calas pequeñas; por olas mansas en tiempos de bonanza, o enfurecidas cuando el temporal se presenta, rompiendo contra las paredes inamovibles de la montaña; por islotes habitados por gaviotas y cormoranes, en litigio por su supervivencia.

En ellos han encontrado cobijo malhechores que se buscaban la vida con el desembarco de mercancías prohibidas. Lo que en otro tiempo, fueron mercancías de aperos, vituallas, equipos; han pasado en la actualidad a mercadear con seres humano que buscan en sus calas inaccesibles, puerto seguro para emprender una nueva travesía en sus vidas. Tampoco han faltado desertores de servicios a la patria,  de países limítrofes y no tan limítrofes. Empresarios cuyas empresas habían sido nacionalizadas por regímenes contrarios a su ideología mercantilista. Por.............Estos acantilados nunca han vivido una época de sosiego, su orografía siempre ha invitado  a las más extravagantes de las actividades, ya  sean patrióticas, mercantilistas, especulativas o lúdicas.

Sólo con acercarnos a cualquier de las atalayas naturales que se encuentra a todo lo largo de los Acantilados, percibimos los valores de los distintos paisajes que aparecen ante nosotros.

En primer lugar, es innegable el valor estético del paisaje de los Acantilados. Ese sentimiento de belleza que transmiten en cuanto a diversidad, colores, texturas, tanto en su área terrestre como marítima. La armonía de la tierra adentrándose en el mar; y, el mar abriéndose paso entre las rocas; hace que su contemplación nos colme de una espiritualidad y tranquilidad inmensa.

En segundo lugar, su valor histórico, que percibimos a primera vista;  presente sobre todo, en las distintas torres vigías que jalonan toda la franja litoral. Torres que dan también ese otro valor identificativo de una costa singular y convulsa, desde hace cinco siglos, y,  que le confieren esa idiosincrasia claramente reconocible.

Pero no debemos olvidar, que nos encontramos antes unos Acantilados muy frágiles, sobre todo por sus reducidas dimensiones, y por las presiones a las que se ven sometidos; siendo muy susceptibles del deterioro de sus valores: naturales, culturales, visuales y perceptivos.

Es necesario buscar estrategias por todos los agentes sociales, para que los valores antes mencionados no se pierdan ante tanta presión  económica, urbanística y turística.

Celo anómalo















Los Acantilados son un constante hervidero: de hormonas flotando en el ambiente durante el celo de la cabra montés; de fotógrafos que aparecen para captar esa imagen impactante; y de furtivos cazadores, que aparecen para apropiarse de esa cabeza con la que adornar una estancia o vender en el mercado negro de la caza. 
Mundo de la caza, que avispados defensores de la Naturaleza, quieren elevar a asignatura en los Centros escolares.
Tendrán que decir qué contenidos se darán en los centros; si, los referentes a la caza legal, que dirán que por supuesto, es ésa la que quieren difundir; o, los contenidos de la caza furtiva y el mercado negro de la caza que tan paralelo y de la mano van con la caza legal. 
¡No nos vayamos del tema! 
Este celo, se caracterizó por una menor presencia de apuestos galanes deambulando por sus parajes, para la seducción de la bella hembra lista para la procreación.
Actores secundarios han relevado a las primeras estrellas, perdiendo los Acantilados ese áurea de lugar emblemático para la contemplación de tan significativo acontecimiento.
Manadas de más de una docena de ejemplares, se veían huérfanas de ese ejemplar poderoso que daba plenitud a tan álgido momento; en su caso, ejemplares muy jóvenes tomaban la iniciativa en tan transcendental cortejo.
¡Ya se temía que esto sucediera! Muchos han sido los galanes dramáticamente apartados de los escenarios. 
Para los que nos movemos por los Acantilados todo el año, el celo nos ha decepcionado por las escenas contempladas; si las comparamos con las mismas escenas vividas en años anteriores; pero, también han sido momentos de alegría por volver a contemplar ejemplares que creíamos que ya no estarían presente en este celo.
Ardua labor, la de poder encontrar y observar  aquellos grandes galanes, que desaparecieron el celo pasado; pues no teníamos la certeza, de que hubiese sido de forma voluntaria; apartándose, como es habitual, del ajetreo de la manada. 
Teníamos el convencimiento, de que su desaparición había sido producida de forma trágica, como viene sucediendo los últimos años.
Para su contemplación hemos tenido que recorrer los rincones más apartados de los Acantilados, ya que la cabra ha empezado a frecuentar terrenos más escarpados, en los que se encuentra más segura, tras la persecución mortal a la que está siendo sometida.
A pesar de todo, la cabra ajena a los galanes que han perdido, y las amenazas constantes, se ha puesto el mundo por montera; y nos han deleitado, con las habituales bellas imágenes  de este transcendental momento.
No ha habido rincón de los Acantilados, donde las escenas amorosas no se hayan reproducido, y donde la fuerza de la descendencia y de la vida, se haya amedrentado ante tantos desafíos.
El poder captar esos momentos: las miradas, la delicadeza en el cortejo, la contundencia con los rivales……. superan con creces todos los malos augurios precedentes.
Debemos de ser conscientes de que un futuro incierto se le avecina a la cabra en estos Acantilados, sobre todo cuando a los furtivos, se les unan sobre todo, la ingente cantidad de escolares formados en la asignatura de la caza, y salgan a realizar las prácticas de lo aprendido en las aulas.


Vuelve a amanecer




Nos hemos visto obligado a cambiar de servidor de blog. Hemos sido desahuciados de nuestro anterior blog sin ningún tipo de requerimiento. Una nota nos decía que a finales de enero se cerraría. Tras abrir los enlaces a los que nos remitían; podríamos pasar a otro servidor, pago el importe mensual según la capacidad que quisiéramos.
¡Pagar, pagar, pagar y más pagar!
Todo se vuelve dinero…….. parece que si no pagamos por algo, ese algo no tiene valor, no es importante. Cuanto más pagamos por algo, más relevante es. 
Mientras tanto, buscaremos cuantas opciones gratis se nos presenten para continuar con nuestra labor de dar a conocer todos los aspectos, tan desconocidos, que estos Acantilados nos ofrecen.
Continuaremos con nuestra líneas marcada en el anterior Blog de Acantilados. Recuperaremos algunas entradas del anterior blog; e, iremos introduciendo nuevas entradas que nos abra la imagen del universo cambiante de estos Acantilados.


Seguirán siendo estos Acantilados los que nos marquen nuestra andadura.....y vuelve a amanecer en los Acantilados.